Descubre Polop
Un Pueblo con más encanto que un níspero en mistela
Polop de la Marina, ese rinconcito de la Marina Baixa (Alicante) donde las cabras montesas tienen mejor vista que tú en un mirador, es el plan perfecto para huir del caos de Benidorm sin renunciar a la magia de la Costa Blanca. A solo 10 km del mar y 50 de Alicante, este pueblo de unos 5.650 habitantes (censo 2024) está encaramado en un cerro, con el macizo del Ponoig —el famoso "León Dormido" que parece sacado de un sueño de Gabriel Miró— vigilando tus pasos. Con callejuelas que desafían tus gemelos, un castillo que parece decir "súbeme si te atreves" y una fuente con más caños que un fontanero en apuros, Polop es historia, naturaleza y un poquito de guasa valenciana. ¡Coge las zapatillas y prepárate para reírte mientras exploras!

Historia breve: De Murallas a inspiración (y algún que otro lío)
Polop lleva en el candelero desde los tiempos íberos, pero se puso serio como fortaleza musulmana en la Edad Media. El Cid lo conquistó en 1090 como quien pide un café para llevar, y Jaime I lo incorporó a la Corona de Aragón en 1268, dándoselo a la familia Fajardo, que lo gestionó como si fuera su cortijo hasta el siglo XIX. Vivió revueltas (¡hola, agermanados de 1520!) y el drama de la expulsión morisca en 1609, que dejó el pueblo más vacío que una discoteca un lunes. Luego, la agricultura —almendros, olivos y nísperos— lo resucitó.
En el siglo XX, Polop se convirtió en el Airbnb de artistas: Gabriel Miró veraneó aquí entre 1921 y 1928, buscando aire puro para su hija y musas para sus libros como Años y leguas. También pasaron por aquí el compositor Emilio Sagi-Barba, la soprano Luisa Vela y el pintor Benjamín Palencia, que seguro dejó más cuadros que propinas. Hoy, Polop es un "lugar hallado" (palabras de Miró) donde la historia y el arte se dan la mano, aunque a veces tropiecen con las piedras de las calles.
Qué ver en Polop: Un casco antiguo con más giros que una telenovela
El casco histórico de Polop es un laberinto de callejuelas empinadas que parecen diseñadas para que pierdas el aliento y encuentres tu alma. Ponte calzado cómodo, porque aquí los tacones son tan útiles como un paraguas en el desierto.
1. Castillo de Polop: El Rey de las Ruinas
En lo alto del cerro, el castillo árabe del siglo XII está más en ruinas que tu propósito de ir al gimnasio en enero. Apenas quedan trozos de muralla, pero la subida por el "Vía Crucis" —con sus estaciones de la cruz mirándote como diciendo "¡venga, que ya casi llegas!"— te regala vistas panorámicas de la Marina Baixa y el Mediterráneo. Al atardecer, el paisaje es tan bonito que hasta las palomas hacen fotos. Duración: 30-45 minutos. Precio: Gratis, aunque tus piernas te pasarán factura.
2. Fuente de los Chorros: El Fontanero más ambicioso de España
En la Plaça dels Xorros, esta fuente modernista de 1976 tiene 221 caños, como si alguien hubiera dicho: "¡Pon todos los grifos que tengas!". Alimentada por las fuentes del Terrer y Garrofer, su agua es potable, así que llena la botella y presume de eco-friendly. Sus murales cerámicos representan los municipios de Alicante, Valencia y Castellón, y los azulejos de Benjamín Palencia parecen gritar: "¡Mírame, soy arte!". Perfecta para refrescarte o hacer un TikTok épico.
3. Casa Museo Gabriel Miró: Donde la literatura se pone cómoda
Esta villa modernista, apodada "Casa del Xorro" o "Villa Pepita", no fue donde Miró durmió, pero guarda sus cachivaches: fotos, cerámicas y trastos que usó mientras escribía y suspiraba por Polop. Es como entrar en su Instagram de los años 20. Entrada: 2-3 €, abierta fines de semana (chequea horarios en polop.org, que no queremos que hagas el paseo para nada).
4. Iglesia de San Pedro y Santuario de la Divina Aurora: Fe con vistas
La iglesia barroca de 1723 es como la abuela del pueblo: venerable, con muchos detalles y siempre en el centro de todo. Su torre y retablos son puro postureo barroco. Al lado, el santuario de la Divina Aurora es pequeño pero matón, perfecto para selfies devotos. Sube por la Avenida Sagi Barba hasta la Plaza de la Purísima, donde el antiguo Pósito (ahora Ayuntamiento) y los bares te esperan para un café o algo más fuerte.
5. Museo pequeña Costa Mágica: Miniaturas con macroencanto.
Este museo es como si un hobbit hubiera decidido recrear la Marina Baixa en maqueta. Sus escenas en miniatura son tan detalladas que querrás mudarte a una casita de 5 cm. Ideal para niños o para adultos que aún creen en los mundos pequeños. Entrada: Gratis o barata, como un café en el bar de la esquina.
Naturaleza y senderismo: Donde el ponoig ruge (o Duerme)
Si te gusta sudar con vistas, Polop es tu gimnasio al aire libre. Rodeado por el río Guadalest y barrancos, el Monte Ponoig (1.181 m) y el Puig Campana son los reyes del postureo montañero.
Ruta del Barranc de Xirles: Un paseo facilón entre pinares, con el "León Dormido" posando para tu Instagram. Perfecto para principiantes o para presumir de fit sin morir en el intento.
Vía Ferrata del Ponoig: Para los que quieren sentirse como Spiderman, pero con arnés. Ojo, necesitas equipo y experiencia, ¡no te lances a lo loco!
Puig Campana: Una ruta circular de 4-5 horas con vistas que te hacen olvidar el dolor de piernas. Si te atreves, prueba el barranquismo en el Barranco de la Rubia, pero no culpes al guía si acabas mojado.
Ve en primavera u otoño, porque en verano el sol pega más fuerte que un tambor en una verbena. Hay parkings gratis al inicio de las rutas, así que no te compliques.
Fiestas y Eventos: Donde polop se pone la pajarita
Polop no solo vive de tranquilidad; cuando toca fiesta, el pueblo se transforma en una verbena con más ambiente que un karaoke a medianoche.
Fiestas del Porrat (14-17 agosto): En honor a San Roque, con desfile del humor (sí, disfraces y risas garantizadas), ofrendas, una cordà que parece un espectáculo de fuegos artificiales low-cost y verbenas hasta que el cuerpo aguante. Jaime I dio el visto bueno, así que no te quejes si te toca bailar.
Fiestas de San Francisco (1-4 octubre): Campanas, procesiones, correfocs (¡cuidado con las chispas!) y la Aurora a San Francisco, que es como un concierto a las 5 de la mañana. Lleva tu "sobaquillo" (cena casera) y únete a la juerga.
También hay una Nit de Vins en mayo para catar vinos locales (spoiler: saben mejor con nísperos) y una Feria de Navidad en diciembre para comprar regalos mientras te congelas con estilo. Chequea polop.org para el calendario de 2025, que aquí no paramos.
Cómo llegar y consejos para no meter la pata
En coche: Desde Alicante, coge la AP-7 o N-332 hasta la CV-70 (50 km, 45 min). Hay parking gratis en la Fuente de los Chorros, pero no aparques como si estuvieras en un Tetris.
Bus: ALSA desde Benidorm (15 min), para los que prefieren mirar por la ventana.
Cuándo ir: Todo el año mola, pero en verano hace más calor que en una paellera. Ideal para un day-trip desde Benidorm o Guadalest.
Dónde dormir: Casas rurales en Polop o hoteles en La Nucía, que está al ladito.
Polop de la Marina es como ese amigo que parece tranquilo pero siempre tiene una sorpresa bajo la manga. Con su castillo en plan "yo controlo", una fuente que parece un spa medieval y un ambiente que te hace olvidar el estrés, este pueblo es puro amor valenciano. ¡Venga, que Polop no muerde, pero enamora!
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